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Fuente: Karol Solis Avila

Autoría: Karol Solis Avila

Fecha: Miércoles, 30 Mayo 2018

Reflexiones en torno a la agricultura rural latinoamericana como objetivo económico

 

Karol Solís Ávila

Master en Producción Agropecuaria. Profesor en Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (México).

 

Es obligatorio definir a la agricultura como objetivo económico, pues, es principal sustento del desarrollo rural, autoconsumo y conformación de equilibrio entre producción y medio ambiente. La agricultura ofrece múltiples recursos para consumo directo o elaboración de productos derivados destinados principalmente a alimentación por lo cual sostiene el consumo cotidiano.

La agricultura latinoamericana resulta poco exitosa en general por problemas estructurales y de política pública. El bajo rendimiento agrícola radica en recurrentes crisis, insuficiente inversión en infraestructura, caída en precios internacionales, graves efectos de fenómenos naturales que por resultado desaceleran el crecimiento económico, rezagan generación de empleos e influyen en persistencia de pobreza rural.

La actividad agrícola en países latinoamericanos se caracteriza por tasas de crecimiento bajas, fluctuaciones frecuentes en volumen y valor de producción así como por importación de productos agrícolas para satisfacer consumo doméstico así como también niveles bajos de productividad e ingresos de la población dedicada a actividades del campo al igual que una contracción importante y persistente de escaza contribución al producto interno bruto.

Las dinámicas productivas asumen nuevos roles de corte más económico, con visión más empresarial para insertarse a la dinámica del mercado mediante la empresa como actor social y económico. Sin embargo, dentro del contexto rural dicha dinámica no embona como integradora de reflexiones y aprendizajes de los procesos productivos que permiten coordinar y fomentar la empresa agrícola.

En este escenario de reorganización productiva es posible distinguir dos tipos de productores agrícolas: el empresario y el campesino. El primero relaciona a producción con cierto grado de avance organizacional, tecnológico, y tiene objetivo primordial generar ingresos participando en mercado y agregando valor. El segundo relaciona a producción pequeña enfocada a cultivo en áreas reducidas, sus principales características son apoyo en trabajo familiar, productores pobres que viven principalmente del campo.

El segundo tipo de productor agrícola es más parecido al campesino latinoamericano pues la actividad agrícola es rezagada en el ámbito de importancia de la economía de los países. La agricultura cada vez tiene menor importancia relativa en términos de producción. Evidencia efectos diferenciados y las consecuencias en los mercados de trabajo se manifiestan como pérdida de empleo y precarización del mismo contando con menos recursos para financiar su desarrollo y por consecuencia resulta menos competitivo, en términos de economía de mercado.

Sin duda, resulta necesario pensar cómo los mercados agrícolas deben centrarse en el ámbito local donde la competencia no resulte agresiva y sea posible que los campesinos permanezcan acorde a su capacidad or­ganizativa, de integración productiva, articulación de alianzas estratégicas entre pares y con otros agentes para crear redes de valor de base local-regional con afán de ofertar productos con mejor calidad a precios justos.

Por lo anterior, la actividad agrícola latinoamericana requiere comprender su situación y buscar estrategias que permitan aprovechar de mejor manera sus habilidades para mejorar sus prácticas productivas y comerciales desde esquemas flexibles, oportunos y de bajo costo. Los campesinos merecen percibir mejor pago por sus productos para autofinanciar infraestructura que mejore su producción, disminuya sus costos e incremente sus utilidades. 

Para cerrar es necesario reflexionar en relación a que la agricultura necesita estrategias de fomento productivo desde una perspectiva integral y sustentable. Debe considerar mejora en infraestructura y tecnología para optimizar aprovechamiento de recursos. Las propuestas colectivas desde la sociedad campesina llevan intrínseco lograr el desarrollo agrícola con intensión de alcanzar metas que resulten positivas sobre las economías rurales latinoamericanas.