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Nueve uniformados y al menos siete civiles murieron este viernes en el violento desalojo por parte de la Policía de una carretera al norte de Perú, lo que desató la ira de los pobladores de poblaciones amazónicas cercanas, en una oleada de violencia que hace temer un mayor número de víctimas.

"Hasta ahora tenemos registrados nueve policías fallecidos y hay otro número no oficialmente de nativos también muertos", señaló el alcalde de la población de Bagua, Luis Núñez, cifra confirmada más tarde por la ministra del Interior, Mercedes Cabanillas.

Los agentes "han sido atacados con armas de fuego por los pobladores que estaban obstruyendo el paso de los vehículos", dijo el director de la Policía, José Sánchez, para explicar el saldo de víctimas mortales.

Más tarde se confirmó la muerte de siete civiles. La fiscal Olga Bobadilla dijo a la AFP que "se constató que había cinco muertos" civiles en la 'curva del diablo' -lugar de la carretera que la Policía intentaba desbloquear- pero que "los indígenas no dejaron levantar los cadáveres".

Mientras tanto en la cercana ciudad de Bagua (1.000 km al norte de Lima), John Delgado Cabanillas, médico de turno del hospital local, confirmó que en el lugar se encuentran dos personas muertas "por herida" de bala.

Un total de 2.500 indígenas habían bloqueado la carretera con piedras y troncos desde la semana pasada y casi 450 policías fueron llamados para realizar el desalojo, que se cumplió en pocas horas.

Pero la violencia del enfrentamiento generó una oleada de violencia en al menos tres poblaciones vecinas, de las cuales Bagua (1.000 km al norte de Lima), fue la más afectada.

Allí la población enfurecida por el operativo policial incendió edificios públicos, intentó tomar la sede policial y realizó saqueos.

Un oficial policial en Bagua dijo a la AFP que hay una situación de descontrol, con pobladores lanzados en una protesta donde ha habido incendios y saqueos.

"Nos encontramos defendiendo nuestra comisaría. La turba quiere atacar la comisaría y está atacando varios locales. Estamos esperando refuerzos", señaló el oficial, que pidió el anonimato.

La ministra Cabanillas describió la situación en Bagua como "un caos, han quemado locales públicos", mientras el canciller José Antonio García Belaunde indicó que el gobierno ordenaría el toque de queda en la zona.

El presidente Alan García justificó la acción, señalando durante un acto público que "llegó el momento de abrir las carreteras y abrir los ríos y asumir las responsabilidades".

El mandatario señaló que el gobierno ha tenido "mucha serenidad y frialdad, pero cuando se dice vamos a bloquear y a cortar el gasoducto, que nos dejaría sin luz a todos los peruanos, qué puede hacer el gobierno sino actuar con energía para poner orden".

La toma de esta carretera es parte de una serie de protestas de los indígenas, que desde el 9 de abril piden al gobierno la derogación de decretos que consideran lesivos a sus intereses y al medio ambiente.

El líder de la protesta, Alberto Pizango, denunció este viernes que hay 22 muertos -una cifra que ninguna autoridad avala- y que se trata de "una matanza a manos del gobierno como parte de un plan de entrega de los recursos naturales a empresas extranjeras que incluye privatizar nuestras tierras".

"El gobierno de Alan García ha perpetrado la peor matanza de nuestro pueblo en los últimos 20 años", dijo Pizango, en conferencia con la prensa extranjera en Lima.

"El presidente Alan García es un genocida", denunció Pizango, quien negó que los nativos hayan provocado la muerte de policías que fallecieron por heridas de balas según el ministerio del Interior.

"Nuestra protesta ha sido pacífica. Somos nativos que reclamamos el respeto de nuestro territorio y del medio ambiente", agregó el dirigente.

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