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A tres días de los 13 años de la Masacre de Eldorado dos Carajas, el Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST) presentó a la prensa internacional una evaluación de la reforma agraria, la lucha de los trabajadores rurales y los impactos del modelo agroexportador. Desde 2002, el día 17 de abril fue establecido como Día Nacional de la Lucha por la Reforma Agraria, en memoria de los 19 trabajadores asesinados en la masacre ocurrida en el estado de Pará (Región Norte del Brasil).

"Desgraciadamente estamos viendo que, en la realidad concreta, la reforma agraria está parada", evalúa Marina dos Santos, de la Coordinación  Nacional del MST. La dirigente defiende la necesidad inmediata de una reforma agraria "masiva", que desmonte la estructura de concentración fundaría que caracteriza al país. "También los artículos de la Constitución Federal que proveen la función social de la tierra no están siendo tomados en serio", afirma

Según el MST, existen actualmente más de 100 mil familias en campamentos y 370 mil familias asentadas por el movimiento en 23 estados y el Distrito Federal. Durante el gobierno Lula, según valoración del Movimiento, la Reforma Agraria no avanzó y la concentración de tierras aumentó.

En 1992, había poco más de 19 mil latifundistas con más de 2 mil hectáreas, que en conjunto sumaban 121 millones de hectáreas. En 2003, el número de esas propiedades aumentó a 32 mil (casi duplicó), y el área total suma 132 millones de hectáreas. En 11 años, 12 millones de hectáreas fueron apropiadas por el latifundio.

Para Marina dos Santos, este escenario se debe en gran parte al hecho de no existir una política efectiva de combate al  latifundio. El gobierno del presidente Luiz Inácio Lula da Silva, por ejemplo, lanzó el 2° plan nacional de Reforma Agraria en 2003, que tenía previsto asentar 550 mil familias entre 2003 y 2007. Por otra parte, según afirma, solamente 1% de la población concentra el 46% de la tierra cultivable en el País.

A pesar del plan divulgado por el Gobierno Federal, solamente 163 mil familias fueron asentadas (29,6% de la meta), según estudios de la Universidad Estadual Paulista (Unesp). "Hay un foco en los conflictos agrarios, pero nada cambia la situación de concentración de la tierra", critica Marina. Aún así, los conflictos en el campo han crecido, con recurrentes ataques de jagunços* contra las familias sin tierra. "El latifundio quiere mantener de cualquier manera esa estructura", dice la coordinadora del MST.

Afirma ella que el Gobierno Lula está perdiendo una gran oportunidad al no invertir en la distribución de tierras y en la regularización fundiaria como una alternativa para la crisis económica. "La reforma agraria sería una salida barata y saludable para la crisis. La agricultura familiar genera diez veces mas empleos que el agronegocio" señala Marina dos Santos.

Impunidad

El caso del ‘Eldorado dos Carajás’ sigue como el mayor ejemplo de impunidad a los mandantes y asesinos de los trabajadores sin tierra. Después de 13 años, los 142 policías que participaron de la acción y un capitán fueron declarados inocentes de las acusaciones. Aunque condenados, un mayor y un coronel, recurrieron y esperan el juicio en libertad.

Según datos levantados entre 1985 y 2007, por la Comisión Pastoral de la Tierra (CPT), fueron registradas 1.117 ocurrencias de conflictos, con la muerte de 1.493 trabajadores rurales. Datos parciales apuntan 23 asesinatos en 2008. De total de conflictos, solo 85 fueron juzgados  hasta hoy, habiendo sido condenados 71 ejecutores.de los crímenes y absueltos 49. Fueron condenados solamente 19 mandantes, de los cuales ningún guarda prisión.

Marina dos Santos expresa que, en vez de castigar a los latifundistas, el poder Judicial y la media comercial han reforzado el discurso de criminalización de los movimientos sociales. "El presidente del STF (Supremo Tribunal Federal), Gilmar Mendes, se ha presentado como líder del sector mas retrogrado de la sociedad". Mientras tanto, denuncia Marina, el ministro guarda silencio en relación a los asesinatos de los trabajadores y frente a los casos de trabajo esclavo en País.

 

*Jagunço o capanga: es el nombre que se da en el Nordeste de Brasil al individuo que, utilizando armas, ejecuta acciones paramilitares de protección y seguridad a líderes políticos, terratenientes.

www.adital.com.br/site/noticia.asp?lang=ES&cod=38204

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