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La Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés) respaldó hoy aquí la propuesta de Bolivia de declarar a 2013 como Año Internacional de la quinua.

  En declaraciones a Prensa Latina, la representante del organismo mundial en el país suramericano, Elisa Panadés, resaltó los valores nutritivos y alimenticios del llamado grano de oro de los Andes.

También señaló que la FAO apoya toda iniciativa que tenga como objetivo, desarrollar y mejorar la producción agrícola.

De acuerdo con el viceministro de Desarrollo Rural y Agropecuario de Bolivia, Víctor Hugo Vásquez, la iniciativa se presentará en Roma, en el período 37 de sesiones de la organización internacional.

A la par de la creciente demanda de quinua real orgánica en el mercado internacional, precisó, el volumen y valor de las exportaciones del cereal registraron un significativo incremento en los últimos cinco años; en 2010 cerraron con ventas por 46,6 millones de dólares.

De acuerdo con los datos del Viceministerio de Comercio Interno y Exportaciones, en el país hay más de 70 mil productores de quinua, cuyo volumen de ventas al exterior se triplicó en los últimos cinco años: de cuatro mil 890 toneladas que se vendían en 2005, a 15 mil 557 toneladas en 2010.

Una reciente Ley promulgada en Bolivia sobre la Revolución Productiva establece el seguro agrícola para la cobertura de seis rubros estratégicos (arroz, papa, soya, quinua, trigo y maíz) por su importancia en la seguridad alimentaria del país y en la industria.

El jurista y parlamentario oficialista Javier Valle Riestra, señaló que las protestas sociales antimineras en Puno evidenciaron que el saliente presidente de la República, Alan García, ha perdido la autoridad de su gestión, por lo que resulta ser un mal precedente para el gobernante entrante.

Destacó que la convulsión social desatada en las provincias aymaras de Puno, ha demostrado que el Perú no es una nación, sino un conjunto de naciones. "La posición aymara es mítica, animista, que no coincide con el estilo clásico y oficial del Perú", señaló.

En ese sentido, dijo que los movimientos sociales contra la minería en el sur de Puno, son para tomarlos muy en cuenta para evitar posibles actos separatistas. "No hay que descuidarnos, el pueblo aimara podría pedir su autonomía", advirtió.

Puntualizó que los aymaras, por sentirse una nación, no aceptan la inversión minera ni cualquier actividad que involucre el tocamiento de sus tierras.

Las protestas contra las concesiones mineras en el sur de la región, desde que se incendiaron locales estatales y el aeropuerto, con la muerte de cinco campesinos, tomaron una dimensión nacional, lo que motivó el análisis de destacados juristas.

Como se recuerda, las protestas empezaron, del lado aymara, el 8 de mayo; mientras que las medidas de lucha de los quechuas, centradas principalmente en la descontaminación del río Ramis, el 14 de junio pasado.

El ministro de Agricultura y Desarrollo Rural de Colombia, Juan Camilo Restrepo Salazar, anunció el fortalecimiento del programa "Mujer Rural" para acelerar la equidad de género y mejorar las condiciones de vida de las campesinas colombianas.

Tendrá mayores facilidades y posibilidades de acceder a la educación, a tecnologías de la información y de la comunicación así como a todo un programa de empresarización y apoyo a la asociatividad.

El anuncio lo hizo ayer en la Conferencia Mundial de la FAO que se realiza en Roma y en donde ejerce como uno de sus vicepresidentes. Explicó que la mujer rural tendrá prioridad en el proceso de restitución de tierras a las víctimas del despojo y será protagonista de primer orden en el manejo de la locomotora del agro y del desarrollo sostenible de lo rural.

"El gobierno de Colombia está convencido de que esta locomotora debe reconocer, articular, promover y potenciar el rol de la mujer rural como gestora de desarrollo local, líder de procesos empresariales, protagonista clave en el proceso de modernización del campo y del mejoramiento de la productividad y en especial, como garante del proceso de devolución de tierras, el retorno al campo y el fortalecimiento de la identidad cultural campesina, muy enraizada en el sector rural", subrayó en la FAO el ministro Restrepo Salazar.

Panorama

Según datos del Dane, las mujeres constituyen el 52% de la población colombiana; 54% se ubica en zonas urbanas y 46% en zonas rurales. De éstas últimas, las mujeres rurales, 19.8% son jefes de hogar.

Las actividades económicas de la mujer rural se han diversificado en los últimos años, dedicándose a labores domésticas, agropecuarias y no agropecuarias.

Ellas se encargan de buena parte de la producción de alimentos, la cría y cuidado del ganado y especies menores. Juegan un rol cada vez mayor en el sector comercial y agroindustrial, en las artesanías y la floricultura, y es indudable su contribución en asuntos comunitarios.

Restitución

Por otro lado, afirmó el ministro Restrepo que es imposible que el Gobierno pueda llevar a cabo la implementación de su política de tierras y de desarrollo rural, sin que la mujer rural tenga un lugar privilegiado en este proceso, ya sea como beneficiaria directa, accediendo a tierras, a formalización de las mismas o a acciones de desarrollo rural, o como garante, veedora y protectora del mismo proceso.

La Ley de Víctimas y Restitución de Tierras ordena a los jueces dar prioridad a los casos de solicitudes restitución y formalización de tierras que involucren derechos patrimoniales en cabeza de mujeres y especialmente las que son madre cabeza de familia. Esta población será la primera en atenderse de manera diferencial y con un protocolo especial diseñado para ellas.

Así, con la Ley de Víctimas se ordena la aplicación inmediata de la Ley 731 en los procesos de restitución, hecho que implica que además de restituirles los predios a las mujeres desplazadas, el Estado le brinde las herramientas necesarias como lo es la posibilidad de acceso a subsidios, créditos y programas especiales de estímulo a las mujeres rurales, de tal manera que en su retorno al campo sean gestoras y núcleo fundamental de un desarrollo agrario provechoso para la economía del país y para su desarrollo personal.

 

El nuevo director general de la FAO, el brasileño José Graziano da Silva, señaló el lunes que dará gran importancia a América Latina, en particular a Centroamérica.

"América Latina tendrá una atención especial, y una preocupación particular el Caribe y Centroamérica para poder hacer frente a los desastres climáticos", declaró Graziano da Silva en su primera conferencia de prensa en calidad de director general de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación.

El funcionario de 61 años es el primer latinoamericano que dirige la FAO desde su fundación en 1945.

Dijo que la agencia debería hacer frente a esos desafíos, como la sequía que se registra en esa zona del mundo, para lo cual "deberemos incorporar el tema de la emergencia en nuestro cotidiano".

"En Centroamérica estamos tratando de impulsar los programas de alimentación escolar con entidades locales y queremos extenderlos a otros lugares del mundo", afirmó.

El funcionario brasileño fue elegido el domingo en la segunda votación. Se impuso por cuatro votos al español Miguel Angel Moratinos, 92 contra 88.

Subrayó que la primera tarea de la FAO es combatir el hambre que sufren 1.200 millones de personas en el mundo, aunque no se fijó metas.

"No queremos combatir el hambre sólo del personal de la FAO", dijo sonriendo. Esta tarea primordial de la agencia, agregó, no estaba muy clara para los que trabajan en la sede regional de la FAO en Chile.

"Cuando llegué a dirigir la sede regional (cargo que mantuvo hasta ahora), le preguntaba a todos cuál era la función de la FAO, y me daban respuestas muy elaboradas, y sólo el 10% dijo que era combatir el hambre", manifestó.

Sobre la seguridad en la procuración de alimentos, sostuvo que la mujer "tiene una gran responsabilidad en la seguridad alimentaria, razón por la cual se deberá incrementar su papel en esta materia".

Con relación al uso de biocombustibles, recordó lo que ha dicho el ex presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, de quien fue ministro, de que "es como el colesterol, en que hay buenas y malas experiencias, como sucede con el colesterol, en que hay bueno y malo".

"No sólo en Brasil, sino en otras partes del mundo, hay producción de biocombustible que no afecta la seguridad alimentaria, como el caso de Argentina, con su excedente de granos oleaginosos", expresó.

"No creo que los biocombustibles sean una bala de plata para usarla en toda circunstancia, pero tampoco se deben demonizar, aunque los pueden utilizar sólo algunos países", señaló.

Reconoció que en los comicios para elegirlo había quedado de manifiesto una división entre los votantes, pero dijo que "lo importante es tener la confianza de los países miembros para trabajar bien".

Los países del norte que votaron en favor de Moratinos "no están en contra de mí, y después de la elección, todos se han empeñado en sostener esta organización, que debe tener un papel importante para enfrentar los nuevos desafíos".

"Debemos iniciar una nueva era y debemos proseguir la reforma interna para separar las divisiones", afirmó.

Aclaró por otra parte que las relaciones de Brasil con Italia no se han visto afectadas por la decisión de su país de no conceder la extradición de Cesare Battisti, el prófugo italiano condenado en ausencia en Italia a cadena perpetua por la muerte de cuatro personas en la década de 1970.

Dijo que fue una decisión de la justicia brasileña y que "a la abuela y al Supremo Tribunal Federal (STF, la Corte Suprema) no se le puede contradecir".

Graziano da Silva creó el Programa Hambre Cero en el gobierno de Lula como ministro Extraordinario de Seguridad Alimentaria.

Es doctor en Economía por la Universidad Estatal de Campinas, y fue profesor titular de Economía Agrícola en la misma universidad. Tiene un posgrado en la Universidad de California y en el Instituto de Estudios Latinoamericanos del University College de Londres.  

Un clima de certidumbre en el que reine la confianza. Ese es el mejor ambiente para invertir y para garantizar una buena relación entre dos socios comerciales potentes. Y esa es la meta que pretenden alcanzar los negociadores de la Unión Europea y del Mercosur, según el jefe de la Delegación de la Unión Europea en la Argentina, Alfonso Díez Torres. El embajador cumple una agenda de actividades en Tucumán, la primera en el interior del país desde su llegada a la Argentina, a principios de año. Díez Torres visitó LA GACETA y fue recibido por el gerente general de la empresa, José Pochat. Lo hizo en compañía de Branko Andjic, asesor de comunicación y prensa de la Embajada, y de Luis Bravo, a cargo de la secretaría de Relaciones Internacionales de la provincia.

Según el diplomático, los flujos comerciales y de otra índole con la Argentina pueden potenciarse si los dos grandes bloques regionales culminan con éxito las negociaciones para una alianza estratégica. "Será el acuerdo regional más importante con otras partes del mundo", dijo en su charla con nuestro diario. A la UE le interesa afianzar sus relaciones con los países emergentes, en particular Brasil y la Argentina. "Creo que el objetivo razonable para llegar a un acuerdo es el año que viene, aunque no se trata de una negociación sencilla", destacó.

Díez Torres afirmó que las trabas comerciales, como las que impuso la gestión de la presidenta Cristina Fernández, tienen efectos negativos en la medida en que generan incertidumbre de cara al futuro. "Por eso es lógica la reacción de las empresas europeas que reclaman mejorar el clima de negocios", indicó. Más allá de esas cuestiones, que pueden ser coyunturales al decir del diplomático, la UE remarca la importancia política que le ha dado la Argentina a la negociación con el bloque del Mercosur. "No se trata sólo de liberar los intercambios, sin aranceles. Hay una serie de capítulos que hay que tomar en cuenta para que el flujo comercial tenga mayor impacto", remarcó.

El embajador anunció que el mes que viene, en Bruselas, habrá otra ronda de negociación con vistas a fortalecer las relaciones UE-Mercosur. "No debemos convertir a esta negociación en una profecía autocumplida de que haya crisis en las tratativas y que no se llegue a ningún acuerdo. Creo que hace falta un acuerdo equilibrado, que beneficie a todos desde una perspectiva de mediano y largo plazo", añadió.