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Dos días ha durado el juicio en el Tribunal Federal regional de Cuiabá (Brasil). Finalmente Ronaldo Antoniô Osmar, el único acusado vivo o en edad legal de ser juzgado por el asesinato del misionero jesuita español Vicente Cañas fue declarado culpable, de los delitos de colaboración directa y planificación de emboscada.

Según el tribunal queda demostrada su participación. Siendo delegado de policía de la región contrató a varios sicarios para que lo ejecutaran. Fue imprescindible para el asesinato del joven misionero español al que varios hacendados de la zona quería ver muerto.

En nota de prensa la Compañía de Jesús que ha estado siguiendo el juicio explica los elementos novedosos del caso: “el testimonio de dos indios Rikbacktsa, Paulo Tompero y Adalberto Pinto, quienes al poco de los hechos escucharon de uno de los presuntos ejecutores del misionero confesar el crimen e implicar al acusado y a quien le contrató para organizarlo, el hacendado de la hacienda Londrina, Pedro Chiquetti, quien veía amenazados sus intereses por la defensa de las tierras indígenas que lideraba el jesuita Vicente Cañas”.

Asimismo testificó Fausto Campoli, compañero de Vicente Cañas “quien narró al jurado la estrecha relación del jesuita con los indios Enawene Nawe y cómo estos le consideraban un miembro más de su pueblo”. 

La Familia: Se ha hecho justicia

Para la familia Cañas, en palabras de sus sobrinos Rosa y José Angel la sentencia es una gran alegría y abre un precedente en el país: “Estamos muy contentos, esto abre un precedente impresionante en este país. Se ha hecho mucha justicia con mi tío, estamos felices, contentos. Después de tantos años de espera es una gran satisfacción que se haya hecho justicia, lo que representaba nuestro tío era abrir un camino para la protección de los pueblos indígenas. Esta sentencia servirá para defender a muchos otros que no pueden defenderse y que no se llegue a los extremos que se había llegado contra ellos que es lo que siempre quiso él defender, la autonomía de unos pueblos con su cultura”.

Para la Compañía de Jesús en este juicio se ha ido mucho más allá: “En este caso no solo se ha juzgado este asesinato sino que simbólicamente trae al presente los muchos crímenes cometidos contra los indígenas durante las últimas décadas en Brasil y que han quedado impunes. La causa indígena en este país sigue enfrentándose hoy a numerosas problemáticas y conflictos que generan la defensa de la tierra de los indios frente a los intereses económicos de la agro-industria”.

FUENTE: ALETEIA