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Las fallidas negociaciones de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) sobre cambio climático en Copenhague en diciembre pasado y el apoyo de los países ricos al mal llamado "Acuerdo de Copenhague", son el punto de partida que ha llevado al Gobierno boliviano a convocar una nueva conferencia con la que pretende abrir un espacio a la sociedad civil y a representantes gubernamentales para unirse y exigir que las negociaciones sobre el cambio climático impulsen un acuerdo justo, anota el jueves un informe del sitio Ambientum de España.

Señala que distintos movimientos sociales, Organizaciones No Gubernamentales, representantes gubernamentales, personalidades intelectuales y pueblos indígenas de todo el mundo participarán en ese encuentro.

Nnimmo Bassey, Presidente de Amigos de la Tierra Internacional, declaró que "la posición de Bolivia frente a las cuestiones ambientales es una señal de esperanza que otros gobiernos y autoridades deberían respaldar. A pesar del reto económico que ha supuesto, Bolivia se ha enfrentado valientemente a la táctica chantajista de los países ricos.

La Convención Marco de la Naciones Unidas para el Cambio Climático (CMNUCC) determina la responsabilidad histórica y actual de los países industrializados ante las emisiones de gases de efecto invernadero, pero se ha visto manipulada, primando los intereses corporativos por encima de las soluciones socio ambientales para el cambio climático", anota.

Bassey insistió en que el Protocolo de Kioto "contiene falsas soluciones, como la compensación de emisiones a través de los Mecanismos de Desarrollo Limpio".
Agrega que la Conferencia Mundial de los Pueblos a celebrarse en Bolivia "permite promover una aproximación alternativa y sostenible junto a otros movimientos".

Las lagunas de los mecanismos de compensación permiten seguir contaminando como se ha hecho hasta ahora por parte de los países ricos. Otras iniciativas, como la Reducción de Emisiones por Deforestación y Degradación (REDD) amenazan con privatizar bosques para compensar las emisiones. Hay peligros muy concretos para los derechos de las comunidades locales y los pueblos indígenas, además del peligro de convertir las superficies forestales en plantaciones de árboles con el correspondiente impacto social y ambiental.

El informe destaca que la Conferencia de Bolivia reta a la política mundial de las naciones industrializadas con propuestas nuevas sobre la deuda climática para exigir la liberación del espacio ambiental y la compensación de los países empobrecidos por los impactos climáticos de los que no son responsables.